Playa Las Gaviotas

por Pedro Rodríguez

Una delicia escondida entre los rincones de Santa Cruz, una playa con aspecto sobrio y sonidos netamente naturales, así es la Playa las Gaviotas, famosa porque en este emplazamiento se practica por lo general el nudismo.

Sin embargo, esto no implica algún tipo de incomodidad, pues hay mucha gente que está en bañador, y ningún problema ha de suscitarse, ya que el respeto va por delante en esta playa tan maravillosa y retiradas del mundo artificial.

Su arena es negruzca y es fina, sus aguas limpias, espumosas y oscuras, y su paisaje exótico, el cual combina riscos con una exuberante vegetación que llena de vida el paisaje y rocas negras empinadas una con la otra para proyectar un ambiente firme y tranquilo.

Sus dimensiones son pequeñas, apenas consta 260 metros de largo por 40 metros de ancho, siendo un recipiente algo diminuto para raudales masas de turistas, por tanto, usted podrá tener un ámbito tranquilo y solitario, puesto que, es un lugar utilizado normalmente como liberador de la presión extenuante de la vida diaria en la ciudad.

No obstante, fines de semana y días de temporada, el grado de ocupación de las Gaviotas es mucho mayor, por lo que te aconsejamos salir temprano de tu sitio de hospedaje, para que puedas reservar un puesto en el aparcamiento.

Puedes llevar a tu perro para que corretee en la arena y se revuelque, además de pelotas o discos de frisbee para divertirte de forma deportiva y física.

Es recomendable que asistas temprano a la playa, porque en la tarde (5 ó 6) el sol se oculta detrás de las montañas, dejando el maravilloso sitio en tinieblas, bajo la sombra de sus riscos verdes.

Para acceder a la playa no es necesario que sometas tu vehículo a pruebas arduas o rústicas, sólo basta con atravesar un camino de asfalto que llega hasta el parking. Si no posees coche no hay de qué preocuparse, pues el autobús también podrá llevarte al sitio a través de la línea 245.

Una playa alejada del ajetreo de las zonas urbanas, donde te conectas con la naturaleza a niveles extraordinarios, sólo basta con inhalar y exhalar despacio mientras escrutamos el horizonte entretanto escuchamos el ruido incesante de las olas, un siseo que provoca una sensación inolvidable y relajante.

Indiscutiblemente, este es un lugar que debes visitar si vas a las Islas Canarias, pues su tranquilidad y paisaje no es tan fácil arrebatarlo de nuestra mente.

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