Barranco del Quíquere está al lado de Charco del Palo y Papagayo, una de las pocas zonas de nudismo en Lanzarote. Localizado a unos 3 km al sur de Puerto del Carmen, su prolongada costa rocosa y la excelencia de su tiempo hacen de esta franja de litoral un sitio de ensueño.
El acceso a su primordial cala se efectúa por un seguro espacio escalonado. Desde su cúspide la postal invita a bajar rápidamente: decenas y decenas de bañistas tomando el sol como Dios los trajo al planeta que semejan lagartijas acostadas a la piedra natural.
El mantón de agua es imponente. Quieto como un plato en esta zona de Lanzarote, sus fondos acogen una muestra muy interesante de biodiversidad. No en balde, resulta una cala muy frecuentada para las sesiones de aprendizaje y práctica de submarinismo.
El sol pega con violencia y, como hemos comentado, apenas corre la brisa. El acceso al mar siempre y en todo momento es mediante la roca. Se puede hacer descalzo, mas si desean optimar las razones de higiene (existe alguna población de erizos en sus fondos) no está de sobra ir con calzado de baño.
Al norte del acceso, se hallan otras deseables calas de este acantilado. Resulta más difícil su aproximación, mas las veredas de piedra natural son seguras. Una vez en ellas podemos encontrar ciertos asientos que la antojadiza geología del sitio ha cincelado a medio metro del agua.
El baño nudista le proporciona al Barranco del Quíquere un aire naturista y relajante. Es usual observar a bastante gente que va sola con su libro a desconectar del trajín diario.
Podemos tomar un agradable café a la sombrita en Los Tradicionales del Café. Comer en Puerto Bahía o bien en Bodega. Y echar una cervecita cuando cae el sol en el próximo casco histórico de Puerto del Carmen.