¿Y si te dijera que una de mis mejores experiencias en Fuerteventura fue caminar? Pero no por cualquier sitio. En el noroeste de la isla se encuentra la Montaña de Tindaya, uno de los sitios para hacer senderismo más increíbles en las Islas Canarias.
Mi mujer y yo nos dirigimos al lugar sin prácticamente saber mucho. Y si bien se nos dificulto un poco saber por dónde ir, lo cierto es que al final fuimos recompensados con un paisaje de tranquilidad y misterio.
La siguiente guía de la Montaña de Tindaya la preparé para que experimentes este monumento natural de la mejor forma. ¡Leela toda, vale la pena!
Información de la Montaña de Tindaya
La Montaña de Tindaya fue considerada como un sitio mágico y de buena suerte por los residentes de la isla de Fuerteventura hace unos cuanto siglos.
A su alrededor no encontrarás bosques frondosos más que algún otro matorral. Pero si tendrás una vista espectacular a gran parte de la isla desde un mismo punto. Personalmente, subir la montaña se me hizo atractivo, pero lo mejor lo encontré al final con su hermosa vista.
También aporta un gran valor cultural a la isla. De hecho, la montaña tiene una escultura realizada por Eduardo Chillida.
¿Donde queda la Montaña de Tindaya?
Recomiendo ir a la Montaña cuando nos encontremos en el pueblo de La Oliva de Fuerteventura, ya que nos quedará más cerca.
¿Como subir a la Montaña de Tindaya?
Lo primero que recomiendo es asegurarse de tener bastante tiempo libre el día que se dedique a subir esta montaña. Ya que no es tan sencilla de subir, y menos de bajar. Hay que tener en cuenta que son 400 metros de altura y no hay árboles prácticamente a su alrededor, por lo que el recorrido puede ser agotador – y de hecho lo es -.
Para llegar nos facilitó un amigo que nos hicimos en La Oliva con su vehículo. Nos dejó en el pequeño pueblo de Tindaya que descansa a los pies de la montaña, recorrimos un poco las tiendas del lugar y luego decidimos con mi mujer empezar la travesía.
Nos dirigimos a la cresta suroeste de Tindaya donde encontramos un sendero, tal como nos informaron. El sendero nos guió el camino hacia la montaña, y a medida que avanzamos a través de él pudimos apreciar distintos grabados arqueológicos.
El camino hacia la cima de la montaña está fácilmente guiado, el único problema es el calor, y es necesario parar cada tantos metros para tomar algo de líquido. Además, de esta forma se aprecia con mayor detenimiento la fauna que rodea al lugar, que en su mayoría son aves.
También es divertido encontrar plantas bastantes raras, como la flor rara del Cuernúa, o la Jorja, que se parece mucho a un girasol.
Pero lo principal, como mencione antes, es el valor arqueológico de los grabados que hay en toda la Montaña de Tindaya. Donde dan cuenta de ritos religiosos de hace siglos atrás. Una vez llegamos a la cima, con mucha atención, pudimos ver grabados rupestres en forma de pies, lo que se suele llamar como podomorfos.
Así y todo, la subida a la Montaña de Tindaya se hace muy entretenida, por lo que se siente siempre que el esfuerzo vale la pena. Aunque lo mejor lo sentimos al llegar a la cima, apreciar el recorrido que realizamos, y tener una vista fabulosa de toda la isla.
Bailadero de las Brujas
Antes de terminar me gustaría hacer una mención especial a este lugar bastante oculto que se encuentra sobre los pies de la Montaña de Tindaya.
Cuando nos estábamos por ir de Tindaya nos cruzamos con un lugareño que nos comentó sobre el Bailadero de las Brujas, un lugar donde los héroes de Fuerteventura iba a enamorarse. Entre anécdotas, insistió en llevarnos a conocer el sitio, por lo que aceptamos.
Aunque el sitio no es muy amplio, lo maravilloso es la cantidad de historias que se cuentan del lugar y de la tradición que lleva en Tindaya. El supuesto nombre, viene por una leyenda la cual relata que en la cueva se realizaban prácticas de brujería, y rituales de iniciación.
Monumento Natural de Fuerteventura: Tindaya
¡Lo demás deberás apreciarlo tú y descubrirlo por tu cuenta! Es un lugar fabuloso, que guarda mucha historia y que la subida se hace muy divertida acompañado con alguien. Con mi mujer nos reímos mucho inventando historias sobre las cosas que veíamos.
Una linda experiencia, totalmente recomendada.