
Seguro que has oído hablar de La Gomera, esa isla redonda y mágica en medio del Atlántico, famosa por el silbo y por el Parque Nacional de Garajonay. Pero, ¿conoces Hermigua? Imagina un valle larguísimo y verde esmeralda que se desliza desde las cumbres neblinosas hasta acariciar el océano, salpicado de casitas blancas y terrazas de cultivo que desafían la gravedad. Un lugar donde el tiempo parece ir a otro ritmo y donde, según dicen los expertos desde hace más de un siglo, se disfruta del “mejor clima del mundo”. ¿Te pica la curiosidad? Pues agárrate, que nos vamos de ruta para descubrir todo lo qué ver en Hermigua, un rincón gomero que te robará el corazón, viajes en familia, en pareja, con la mochila al hombro o buscando un retiro de lujo tranquilo. ¡Vamos allá!
Hermigua no es solo un paisaje bonito; es un lugar con alma, forjado por la naturaleza volcánica y siglos de historias humanas. Este valle, uno de los más largos y fértiles de La Gomera, ha sido testigo de la vida gomera desde tiempos inmemoriales.
Antes de la llegada de los europeos, este valle era conocido como Armiguar por los antiguos gomeros, posiblemente significando ‘lugar de recolección’. Pertenecía al cantón de Mulagua y sus habitantes participaron activamente en la famosa Rebelión de los Gomeros en 1488 contra el señorío de Hernán Peraza “El Joven”. La dura represión castellana marcó un antes y un después, despoblando en parte el valle y abriendo paso a la colonización.
Con los nuevos pobladores llegaron los cultivos que marcarían la economía insular: primero la caña de azúcar, que trajo prosperidad efímera hasta el siglo XVI; luego la vid y la seda, que revitalizaron el valle en el XVII y XVIII, época en la que se fundó el Convento Dominico de San Pedro. El siglo XIX vio el fin del régimen señorial y el nacimiento del municipio como tal. A principios del XX, la construcción del Pescante de Hermigua y la llegada del cultivo del plátano (impulsado por la compañía británica Fyffes) transformaron de nuevo el paisaje y la economía. La emigración, especialmente a Cuba y Venezuela, también ha sido una constante en la historia de Hermigua, dejando una huella cultural imborrable. Hoy, aunque el plátano sigue presente, el turismo rural y de naturaleza se ha convertido en un pilar fundamental, ofreciendo una nueva vida al valle.
No es un eslogan turístico cualquiera. A principios del siglo XX, científicos europeos estudiaron el clima de Hermigua y concluyeron que sus condiciones eran excepcionalmente benignas y estables durante todo el año. ¿El secreto? La combinación mágica de los vientos alisios, cargados de humedad por el Atlántico, que chocan con las montañas y crean un ambiente fresco y verde, y la protección natural del propio valle. Aquí las temperaturas son suaves: rara vez bajan de 18°C en invierno ni superan los 27°C en verano. Un eterno clima primaveral que invita a disfrutar del aire libre en cualquier estación. ¡No olvides meter en la maleta algo de abrigo ligero y un chubasquero por si los alisios traen jilorio (llovizna fina), especialmente si subes a la cumbre!
Llegar a Hermigua es parte de la aventura gomera. Lo normal es llegar a La Gomera en ferry desde Tenerife hasta el puerto de San Sebastián de La Gomera, la capital insular. Desde allí, tienes dos opciones principales:
Una vez en Hermigua, el coche sigue siendo útil para llegar a puntos más alejados como la Playa de La Caleta o algunos miradores. Sin embargo, el corazón del valle y muchos senderos se descubren mejor caminando.
Consejo Insider: Si alquilas coche, elige uno no demasiado grande. Las carreteras gomeras son buenas, pero a veces estrechas y con curvas. ¡Y no te olvides de usar el freno motor en las bajadas!
Si algo define a Hermigua es su naturaleza apabullante. El valle es la puerta de entrada norte al Parque Nacional de Garajonay y un paraíso para los amantes del verde en todas sus tonalidades.
Prepárate para entrar en un mundo de cuento. El Bosque del Cedro es una de las joyas mejor conservadas de la laurisilva canaria, un tipo de bosque húmedo subtropical que cubría gran parte de la cuenca mediterránea hace millones de años. Caminar por sus senderos es como retroceder en el tiempo: árboles cubiertos de musgo y líquenes, helechos gigantes (píjaras), laureles (loros), brezos enormes… todo envuelto en la niebla frecuente que traen los alisios y acompañado por el murmullo constante del arroyo del Cedro, el único curso de agua permanente de La Gomera.
Dentro del bosque, no te pierdas la pequeña y encantadora Ermita de Nuestra Señora de Lourdes, lugar de peregrinación cada último domingo de agosto. Y si sigues el sendero principal, llegarás al Caserío del Cedro, unas pocas casas rurales donde puedes incluso alojarte y vivir la experiencia de dormir en plena naturaleza.
Hay varias rutas que atraviesan el bosque, aptas para diferentes niveles, incluyendo familias con niños (la pista principal es sencilla).
Dominando el paisaje de Hermigua se alzan dos imponentes pitones volcánicos: los Roques de Pedro y Petra. Son el resultado de la erosión diferencial sobre antiguas chimeneas volcánicas, dejando al descubierto el magma solidificado, más resistente. Su presencia es casi totémica en el valle.
Cuenta la leyenda que Pedro y Petra eran dos jóvenes enamorados de bandos rivales (¿quizás un señor feudal y una campesina, o dos amantes de épocas prehispánicas?). Un día, intentando escapar juntos para vivir su amor prohibido, una terrible tormenta (o la furia divina, según la versión) los sorprendió en lo alto del risco y un rayo los convirtió en piedra para siempre, dejándolos uno junto al otro, como eternos guardianes del valle. Sea como sea, su estampa es una de las imágenes más icónicas y fotografiadas de Hermigua.
Hermigua es un paraíso para los caminantes. Su red de senderos te permite explorar desde la costa hasta las cumbres de Garajonay, pasando por barrancos, caseríos y miradores. Hay opciones para todos:
Puedes encontrar información detallada sobre las rutas (distancia, dificultad, track GPS) en la web del Ayuntamiento de Hermigua o en centros de información turística.
Ruta Sugerida | Dificultad | Duración Aprox. | Ideal para… | Destacados |
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Pista Principal Bosque Cedro | Baja | 1-2 horas (ida) | Familias, paseo tranquilo | Laurisilva, Ermita Lourdes, Caserío del Cedro |
Montaña Quemada - Lomo S.Pedro | Media | 3-4 horas | Senderistas con algo experiencia | Vistas del valle, Presa Los Tiles, El Chorro |
Subida Mirador La Carbonera | Media | 2-3 horas (i/v) | Buenas vistas | Panorámica del valle y costa |
Túnel Cumbre - Lo Machado | Media-Alta | 4-5 horas | Senderistas experimentados | Descenso por barranco, vistas cambiantes |
¡Equípate bien! Lleva siempre calzado adecuado (botas de montaña), agua suficiente, protección solar, algo de comida y consulta la previsión del tiempo. En las zonas altas, el clima puede cambiar rápidamente.
La orografía de Hermigua regala vistas espectaculares desde casi cualquier punto, pero hay miradores acondicionados que no te puedes perder:
Y si buscas una experiencia vertiginosa, acércate al vecino municipio de Agulo para asomarte al famoso Mirador de Abrante, una pasarela de cristal suspendida sobre el vacío con vistas de infarto.
Aunque el norte de La Gomera es más conocido por sus acantilados que por sus playas, Hermigua ofrece rincones costeros con mucho encanto para refrescarse y disfrutar del Atlántico.
Considerada una de las playas más bonitas y agradables de La Gomera. La Caleta es una pequeña ensenada de arena negra volcánica, resguardada del oleaje más fuerte por formaciones rocosas. Es ideal para un baño tranquilo, tomar el sol y desconectar. El acceso se hace por una carretera estrecha y sinuosa (¡conduce con precaución!) que desciende desde la carretera general. Cuenta con un pequeño kiosko-bar (consulta horarios, puede ser estacional), baños y duchas. Las vistas del Teide desde aquí, en días despejados, son un plus. Perfecta para ir en pareja o con niños que sepan nadar, siempre vigilando las condiciones del mar.
Justo al lado de los imponentes pilares del antiguo Pescante, encontrarás la Piscina Natural de Hermigua. Es una piscina de agua de mar, protegida del oleaje directo, que permite un baño seguro y refrescante incluso cuando el mar está más bravo. El entorno es espectacular, con los prismas basálticos del acantilado y las ruinas del pescante como telón de fondo. Hay una zona de solárium para tumbarse. Es un lugar muy popular entre locales y visitantes, especialmente en verano. ¡Un sitio genial para familias!
La Playa de Santa Catalina es la playa más larga de Hermigua, una extensa franja de callaos (piedras redondeadas) y arena negra (más visible con marea baja). No suele ser la mejor opción para el baño debido a su oleaje constante y corrientes, pero esto la convierte en un spot apreciado por surfistas y bodyboarders. Con marea baja, es un lugar fantástico para dar largos paseos por la orilla, disfrutando de la brisa marina y las vistas de la costa.
Más allá de su naturaleza, Hermigua atesora un rico patrimonio cultural y etnográfico que habla de la identidad gomera y la adaptación de sus gentes a un entorno exigente.
Los enormes pilares de hormigón que se adentran en el mar en la costa de Hermigua son los restos del antiguo pescante. Construido a principios del siglo XX (1907-1908), fue una obra de ingeniería crucial para la economía local. Ante la falta de buenas carreteras y un puerto adecuado, el pescante permitía cargar directamente en los barcos de vapor la producción agrícola del valle, principalmente plátanos y tomates, para su exportación. Grúas y raíles facilitaban el transporte de la mercancía desde tierra hasta los buques fondeados. Cayó en desuso en los años 50 con la mejora de las comunicaciones terrestres y la construcción del puerto de San Sebastián. Hoy, aunque en ruinas, sus pilares son un símbolo icónico de Hermigua y un recordatorio de su pasado ligado a la agricultura de exportación. No se puede caminar sobre él por seguridad, pero contemplarlo desde la costa o el Mirador de La Punta es imprescindible.
Ubicado en una casona tradicional, el Museo Etnográfico de La Gomera (MEG) es una parada obligatoria para entender cómo era la vida en la isla antes de la llegada del turismo masivo. A través de sus salas, descubrirás herramientas agrícolas, utensilios domésticos, trajes tradicionales, artesanía (cerámica, cestería, telares) y, por supuesto, información sobre el Silbo Gomero, el lenguaje silbado único en el mundo, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. El museo explica de forma didáctica la increíble capacidad de adaptación de los gomeros a un territorio difícil, aprovechando al máximo los recursos naturales.
Más que un museo, Los Telares (también conocido como Finca de Los Telares) es una experiencia inmersiva en la vida rural gomera. Fundado por Doña Maruca Gámez, pionera del turismo rural y la recuperación etnográfica en la isla, este parque te permite:
Es una visita muy recomendable, especialmente si viajas con niños, para conectar con las raíces de la isla. Además, suelen ofrecer degustaciones de productos locales.
El patrimonio religioso de Hermigua se centra en dos edificios principales:
Explorar Hermigua también es disfrutar de los sabores auténticos de La Gomera. La gastronomía local es sencilla pero sabrosa, basada en productos frescos de la tierra y el mar. No te vayas sin probar:
¿Dónde comer? En Hermigua encontrarás varias opciones, desde tascas tradicionales a restaurantes con un toque más moderno:
Adapta tu elección: Si vas en familia, busca sitios con espacio y platos sencillos. Para una cena romántica, quizás un restaurante con vistas o ambiente más cuidado. Si eres mochilero, las tascas locales ofrecen buena comida a precios razonables.
Hermigua es una base excelente para explorar La Gomera, especialmente si buscas tranquilidad, contacto con la naturaleza y autenticidad. La oferta de alojamiento se centra principalmente en el turismo rural:
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Ventajas de alojarse en Hermigua:
Gracias a su “mejor clima del mundo”, cualquier época es buena. Primavera (marzo-mayo) y otoño (septiembre-noviembre) suelen ofrecer temperaturas muy agradables y menos afluencia turística. Verano es ideal para disfrutar de la costa, e invierno es perfecto para el senderismo, aunque puede haber más lluvias en las zonas altas.
Sí, es un destino fantástico para familias que buscan naturaleza y tranquilidad. El Bosque del Cedro, la Piscina Natural, el Parque Etnográfico Los Telares y algunas playas como La Caleta (con precaución) son planes geniales. El ritmo pausado del valle es ideal para desconectar.
Para explorar lo esencial de Hermigua (valle, Pescante, El Cedro, alguna playa y mirador) necesitarás al menos 2 días completos. Si quieres hacer más senderismo, explorar con calma y usarlo como base para visitar otras zonas de La Gomera, te recomendamos entre 4 y 7 días.
No se puede caminar sobre la estructura del Pescante por motivos de seguridad, ya que está en ruinas. Sin embargo, puedes verlo de cerca desde la costa, junto a la piscina natural, o desde el Mirador de La Punta. Su imagen es uno de los iconos del municipio.
Ropa cómoda y versátil. Imprescindible calzado de senderismo si planeas caminar. Incluye bañador, protección solar, gafas de sol y sombrero. No olvides una chaqueta ligera o cortavientos y un chubasquero, especialmente si visitas entre otoño e invierno o subes a zonas altas, ya que el tiempo puede cambiar y la humedad es frecuente.
Hermigua es mucho más que un simple municipio en el mapa de La Gomera. Es un microcosmos donde la naturaleza exuberante, la historia resiliente y las tradiciones vivas se entrelazan para ofrecer una experiencia auténtica y profundamente canaria. Desde la magia ancestral de Garajonay hasta el murmullo del Atlántico en sus costas, pasando por el sabor del gofio recién molido o la estampa icónica de sus roques, Hermigua te espera para mostrarte el alma verde de la isla colombina. ¿Te animas a perderte en su belleza?
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