
Imagina un lugar donde el sol parece haber echado raíces, donde el ritmo lo marca la marea y el olor a salitre se mezcla con el aroma del pescado fresco recién llegado a puerto. Ese lugar existe y se llama Arguineguín, un rincón en el sur de Gran Canaria que, a pesar del bullicio turístico cercano, conserva con orgullo su alma marinera. Si buscas escapar de las rutas más trilladas y descubrir la autenticidad canariona, te aseguro que te preguntas qué ver en Arguineguín porque has oído campanas de su encanto. Y no te equivocas.
Con una temperatura media que ronda los idílicos 24°C casi todo el año, este pueblo no es solo un destino de sol y playa, es una experiencia. Aquí, entre barcas de colores y el trato cercano de su gente, encontrarás desde el bullicio vital de su puerto hasta la calma de sus calas escondidas, pasando por sabores que saben a mar y tradición. Prepárate para dejarte seducir por la sencillez y la belleza de este tesoro escondido en la costa de Mogán. ¡Vamos a descubrirlo juntos!
Si quieres sentir el verdadero pulso de Arguineguín, tienes que empezar por su puerto. Olvídate de los grandes muelles impersonales; aquí lo que manda es la tradición, el ir y venir de los barquillos de pesca, esas pequeñas embarcaciones pintadas de vivos colores que son el alma del lugar. Madrugar un poco tiene recompensa: ver cómo los pescadores locales regresan con la faena del día, descargando cajas rebosantes de atunes, bonitos, viejas y samas, es un espectáculo cotidiano pero fascinante. El aire huele a mar, a esfuerzo y a la promesa de un manjar fresco.
Pero el puerto no es solo trabajo, también es vida social y, sobre todo, sabor. Justo allí, presidiendo la actividad, se encuentra la Cofradía de Pescadores de Arguineguín. No es un restaurante de lujo, ¡y menos mal! Es un lugar auténtico, sin pretensiones, donde puedes sentarte a comer el pescado más fresco que puedas imaginar, prácticamente “del barco al plato”.
Consejo del Lugar: La Cofradía de Pescadores No esperes una carta extensa. Aquí se come lo que ha traído el mar ese día. Pregunta por el pescado fresco del día a la plancha o frito, pide unas papas arrugadas con mojo (¡imprescindibles!) y, si te atreves con algo muy local, prueba las lapas a la plancha con mojo verde o un buen caldo de pescado. ¡Ah! Y ve con paciencia, sobre todo los fines de semana, suele llenarse de gente local y turistas que conocen el secreto.
Ubicación: Muelle Pesquero de Arguineguín. Google Maps
Contacto (aproximado, verificar): Suele operar sin reservas directas, es más de llegar y esperar.
Ideal para: Amantes del pescado fresco, gourmets buscando autenticidad, mochileros y familias (ambiente informal).
Pasear por el muelle al atardecer, cuando la luz dorada baña las casitas del pueblo y el Teide se dibuja en el horizonte en días claros, es uno de esos pequeños placeres que Arguineguín regala generosamente. Es el lugar perfecto para desconectar y sentir la esencia marinera de Gran Canaria.
Más allá del puerto, Arguineguín te invita a perderte por sus callejuelas. No esperes grandes monumentos, la belleza aquí reside en la sencillez de sus casas bajas, algunas todavía conservando ese aire de antaño, y en la amabilidad de su gente. Es un pueblo para caminar sin prisas, descubriendo pequeños rincones, plazas tranquilas como la Plaza Pérez Galdós y sintiendo la vida local lejos del ajetreo de los grandes centros turísticos.
Pero si hay un día que transforma Arguineguín, ese es el martes. Cada semana, la Plaza Negra (y calles aledañas) se viste de fiesta con la celebración de su popular mercadillo. Es una cita ineludible tanto para locales como para visitantes, un torbellino de colores, olores y sonidos que capta la esencia más viva del sur grancanario.
Aquí encontrarás de todo: desde frutas tropicales recién cogidas (mangos, papayas, aguacates de la zona), verduras frescas de las huertas cercanas, hasta quesos artesanos de la isla con denominación de origen. Pero no solo eso, también hay puestos de ropa, calzado, bisutería, artesanía local (cerámica, cestería) y souvenirs. Es el lugar perfecto para comprar algún recuerdo auténtico, probar algún dulce típico o simplemente disfrutar del ambiente y observar el animado regateo.
Cuándo: Todos los martes, aproximadamente de 8:30 a 15:00 horas.
Dónde: Plaza Negra y alrededores. Google Maps
Qué comprar: Fruta local, queso, aloe vera, artesanía, ropa de verano.
Consejo: Ve temprano para evitar las mayores aglomeraciones y el calor más intenso, sobre todo en verano. Lleva efectivo, aunque algunos puestos ya aceptan tarjeta. ¡Y no dudes en probar algo de fruta fresca allí mismo!
Este mercado es una ventana perfecta para asomarte a las costumbres locales y llevarte un pedacito de la isla contigo. ¡Una visita obligada si te preguntas qué ver en Arguineguín un martes!
Hablar de Arguineguín es hablar de su clima privilegiado y, por supuesto, de sus playas. Aunque el pueblo en sí no tiene las extensiones kilométricas de Maspalomas, ofrece calas y playas urbanas con un encanto especial, perfectas para disfrutar del sol y el mar Atlántico en un ambiente más relajado y familiar. ¡Vamos a darnos un chapuzón!
Esta es la playa principal de Arguineguín, el corazón playero del pueblo. Ubicada justo al lado del puerto pesquero, Las Marañuelas es una bonita ensenada de arena oscura de origen volcánico, de unos 400 metros de longitud. Su forma de concha y el espigón del puerto la protegen del oleaje fuerte, convirtiéndola en un lugar ideal y seguro si viajas con niños pequeños. Sus aguas suelen ser tranquilas y cristalinas, perfectas para un baño relajante.
Además, cuenta con todos los servicios necesarios: duchas, aseos, vigilancia en temporada alta y accesos cómodos. En sus extremos rocosos, los aficionados al snorkel encontrarán un buen lugar para observar la vida marina local. Al estar integrada en el pueblo, tienes bares y restaurantes a un paso para tomar algo.
Si buscas una experiencia playera aún más auténtica, tienes que acercarte a la Playa de El Pajar. Técnicamente pertenece al municipio vecino de San Bartolomé de Tirajana, pero está pegadita a Arguineguín y se siente como parte del mismo entorno. Es una playa más pequeña, de arena fina y dorada, frecuentada principalmente por residentes locales.
Lo mejor de El Pajar, además de su ambiente tranquilo, es su oferta gastronómica. Justo al lado de la playa se encuentran varios restaurantes muy populares por su pescado fresco, siendo Bar Playa El Boya una auténtica institución. Comer pescado fresco con los pies casi en la arena es una de las mejores experiencias que ofrece la zona.
El Boya Bar Playa: Un Clásico Fundado en 1952, este lugar es historia viva de El Pajar. Famoso por su pescado fresco (cherne, sama, vieja…), sus calamares y su ambiente bullicioso y auténtico. No esperes lujos, espera sabor y tradición.
Ubicación: Calle Santa Águeda, 32, El Pajar. Google Maps
Ideal para: Comida local auténtica después de un baño, sentir el ambiente canario.
Justo al lado de Las Marañuelas, encontrarás la Playa de La Lajilla, también conocida como “la piscina” por los locales. Es una pequeña cala resguardada por muros de piedra que crean una especie de piscina natural con aguas increíblemente tranquilas, casi sin oleaje. Es perfecta para un baño relajado, especialmente para personas mayores o familias con niños muy pequeños. Aunque es pequeña, cuenta con servicios como hamacas, sombrillas y duchas, y un agradable paseo que la conecta con Las Marañuelas. Suele estar menos concurrida que su vecina mayor.
Aunque técnicamente pertenece a la urbanización Anfi del Mar, esta playa es fácilmente accesible desde Arguineguín a través de un agradable paseo marítimo de unos 2.5 km que bordea la costa. Y créeme, ¡merece la pena el paseo! Anfi del Mar es una espectacular playa artificial de arena blanca finísima (traída del Caribe) y aguas increíblemente turquesas y tranquilas, protegidas por rompeolas.
El contraste con las playas volcánicas de la zona es sorprendente. Cuenta con todos los servicios imaginables: alquiler de hamacas y sombrillas, deportes acuáticos, restaurantes, tiendas… Es un ambiente más turístico y cuidado, ideal para pasar un día completo disfrutando del sol y el mar en un entorno casi caribeño. El paseo desde Arguineguín hasta Anfi es en sí mismo una gozada, ofreciendo vistas preciosas de la costa.
Arguineguín es un paraíso para los amantes del buen comer, especialmente si te apasiona el pescado y el marisco fresco. La tradición marinera impregna la gastronomía local, ofreciendo desde sencillos platos llenos de sabor en tascas de pescadores hasta propuestas más elaboradas.
Ya hemos hablado de la Cofradía de Pescadores y de El Boya en El Pajar, dos templos del producto fresco que no puedes perderte si buscas autenticidad. Pero la oferta va más allá. En los alrededores del puerto y por las calles del pueblo encontrarás numerosos bares y restaurantes donde degustar las delicias locales.
¿Qué pedir? Además del pescado fresco del día (a la plancha, frito, a la espalda…), no te vayas sin probar:
Para encontrar dónde comer, simplemente date una vuelta por la zona del puerto y la avenida principal. Hay opciones para todos los gustos y presupuestos, desde los más tradicionales hasta restaurantes con cocina internacional debido a la presencia de turismo nórdico, especialmente en invierno.
Aunque Arguineguín tiene mucho que ofrecer para relajarse y disfrutar, su ubicación estratégica en el sur de Gran Canaria la convierte en una base excelente para explorar otros puntos de interés y vivir aventuras.
El mar que baña Arguineguín es una fuente inagotable de diversión. Puedes alquilar un kayak o una tabla de paddle surf y explorar la costa a tu ritmo, descubriendo pequeñas calas inaccesibles por tierra. La zona de El Pajar es especialmente recomendada para rutas en kayak.
Si buscas adrenalina, hay empresas que ofrecen motos de agua, parasailing o esquí acuático.
Pero una de las experiencias más mágicas es embarcarse en una excursión para el avistamiento de cetáceos. Las aguas del sur de Gran Canaria son hogar o zona de paso de diversas especies de delfines (mulares, comunes, moteados…) y, con suerte, incluso ballenas piloto (calderones). Varias compañías operan desde el puerto de Arguineguín o los cercanos Puerto Rico y Puerto de Mogán, ofreciendo salidas de diferente duración. Es fundamental elegir empresas comprometidas con el avistamiento responsable.
Si te apetece cambiar el azul del mar por el ocre y verde del interior, una excursión interesante es adentrarse en el Barranco de Arguineguín hasta la Presa de Soria. La carretera (GC-505) que sube es estrecha y con curvas, pero las vistas son espectaculares, mostrando un paisaje árido salpicado de palmeras y vegetación autóctona.
La Presa de Soria es el embalse más grande de Gran Canaria, una impresionante obra de ingeniería en un entorno natural sobrecogedor. La zona es ideal para los amantes del senderismo, con varias rutas que permiten explorar los alrededores y disfrutar de la tranquilidad del interior de la isla. No olvides llevar agua, protección solar y calzado adecuado.
La ubicación de Arguineguín es perfecta para hacer escapadas cortas a otros puntos turísticos del sur:
Arguineguín tiene la virtud de acoger a diferentes tipos de viajeros, aunque su ambiente tranquilo lo hace especialmente atractivo para algunos perfiles:
Turismo Responsable en Arguineguín Tu visita puede contribuir a mantener la belleza y autenticidad de Arguineguín. Considera estas prácticas:
Apoya la economía local: Come en la Cofradía, compra en el mercado, elige pequeños negocios.
Respeta el entorno marino: No dejes basura en las playas, no molestes a la fauna marina. Elige empresas de avistamiento de cetáceos con el sello “Barco Azul”.
Alojamiento: Predominan los apartamentos turísticos y alquileres vacacionales. Hay algunos hoteles, como el Bull Dorado Beach & Spa, pero la oferta es menor que en zonas vecinas. Reservar con antelación es clave, especialmente en temporada alta (invierno).
Transporte: Moverse por Arguineguín es fácil a pie. Para explorar los alrededores, las guaguas (autobuses Global) conectan muy bien con los principales puntos del sur (líneas 1, 32, 33, 91…). Alquilar un coche da más libertad, especialmente para ir al interior. Hay taxis disponibles. También operan ferries (Líneas Salmón, Blue Bird) que conectan Arguineguín con Puerto Rico y Puerto de Mogán, una forma agradable de moverse por la costa.
Gracias a su clima privilegiado, cualquier época es buena. Los inviernos (noviembre-marzo) son suaves y soleados, atrayendo a mucho turismo nórdico. Los veranos son cálidos y perfectos para la playa. Julio es especial por las Fiestas del Carmen, patrona de los marineros, con procesiones marítimas y ambiente festivo.
Absolutamente. Es un destino muy familiar por su ambiente tranquilo, playas seguras como Las Marañuelas y La Lajilla, y la disponibilidad de apartamentos. Además, está cerca de atracciones para niños como parques acuáticos (Aqualand Maspalomas) o parques temáticos (Angry Birds Activity Park en Puerto Rico).
Dentro del pueblo, lo mejor es caminar. Para ir a Puerto Rico, Mogán, Maspalomas o Las Palmas, la red de guaguas (autobuses Global) es eficiente y económica. Los taxis son otra opción. Alquilar un coche te da más flexibilidad para explorar el interior. Los ferries costeros son una alternativa escénica para ir a Puerto Rico y Mogán.
No te puedes ir sin probar el pescado fresco local (cherne, vieja, sama…), las papas arrugadas con mojo picón y mojo verde, y si tienes oportunidad, un buen caldo de pescado o unas lapas a la plancha en la Cofradía o El Boya.
Arguineguín es un pueblo bastante tranquilo por la noche. Hay bares y terrazas donde tomar algo en un ambiente relajado, especialmente cerca del puerto y el paseo marítimo. Si buscas discotecas o un ambiente más festivo, tendrás que desplazarte a los cercanos Puerto Rico o, sobre todo, a Playa del Inglés.
Arguineguín es mucho más que un punto en el mapa de Gran Canaria. Es un refugio de autenticidad, un lugar donde el tiempo parece ir más despacio y donde el mar sigue siendo el protagonista. Si buscas sol, buena comida, tranquilidad y ese sabor local que a veces se pierde en los grandes destinos, no lo dudes: ven a descubrir Arguineguín. Te llevarás contigo el calor de su sol y, sobre todo, el de su gente.
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