
Si buscas la Fuerteventura más auténtica, esa que huele a salitre, suena a olas rompiendo y sabe a pescado fresco, tienes que poner rumbo al noroeste y descubrir El Cotillo. Olvídate por un momento del bullicio de otros puntos de la isla; aquí el tiempo parece fluir a otro ritmo, más pausado, más bohemio. El Cotillo es un antiguo pueblo marinero que, a pesar del turismo, ha sabido conservar su alma tranquila y un encanto especial que atrapa a quien lo visita.
¿Qué tiene este rincón majorero para enamorar a tantos? Quizás sean sus playas vírgenes, consideradas entre las mejores de Europa, con lagunas turquesas al norte y olas salvajes al sur. O tal vez su coqueto casco antiguo de casas blancas y callejuelas estrechas que desembocan en un muelle con sabor a historia. O puede que sean sus atardeceres de infarto, que tiñen el cielo y el mar de colores imposibles cada tarde. Sea lo que sea, El Cotillo tiene algo.
En esta guía te vamos a contar todo lo que ver en El Cotillo para que no te pierdas nada. Te llevaremos de paseo por sus playas paradisíacas, te descubriremos sus rincones históricos, te recomendaremos dónde saborear lo mejor de su gastronomía marinera y te daremos todos los consejos prácticos para que tu visita sea perfecta, vengas en familia, en pareja, buscando olas o simplemente desconexión. ¡Prepárate para dejarte seducir por la magia de El Cotillo!
Más allá de ser un pueblo bonito, El Cotillo ofrece una combinación única que lo hace especial:
Antes de lanzarte a las playas, dedica un rato a perderte por el corazón del pueblo. El Cotillo antiguo se articula alrededor del Muelle Viejo (o Puerto Viejo), un pequeño refugio natural que fue el origen de todo. Imagina los barcos llegando de Madeira en el siglo XVII, o los pescadores locales descargando sus capturas.
Desde el muelle, sube por las callejuelas estrechas y laberínticas, flanqueadas por casas bajas de un blanco impoluto, a menudo con puertas y ventanas pintadas de azul marinero. No hay grandes monumentos aquí, más allá de la pequeña Ermita de Nuestra Señora del Buen Viaje, patrona del pueblo y de los pescadores, cuyas fiestas en agosto llenan el pueblo de vida. El encanto reside en el conjunto, en el ambiente tranquilo, en los detalles marineros y en la sensación de estar en un lugar que ha sabido mantener su esencia.
En el mismo centro, junto al muelle nuevo (más funcional), encontrarás la Playa del Muellito, una pequeña cala de callaos (piedras redondeadas) grises y arena oscura, diferente a las famosas playas de arena blanca de los alrededores, pero con su propio encanto local.
Aquí viene el plato fuerte. Las playas que rodean El Cotillo son, sencillamente, espectaculares y muy variadas. ¡Hay una para cada gusto!
Saliendo del pueblo hacia el norte, en dirección al faro, te espera una sucesión de calas protegidas por arrecifes volcánicos que crean auténticas piscinas naturales de aguas increíblemente tranquilas y de un color turquesa que enamora. La arena es finísima y blanca.
Consejo para Familias y Relax Las playas del norte (La Concha, Los Lagos) son la opción ideal si buscas aguas tranquilas y seguras para niños, o simplemente quieres relajarte, tomar el sol y darte un baño sin preocuparte por las olas. ¡Son un auténtico paraíso!
Cambiamos totalmente de tercio al sur de la Torre del Tostón. Aquí la costa es más abierta, expuesta al oleaje del Atlántico y flanqueada por acantilados. El paisaje es más agreste y espectacular.
El Cotillo no es solo playas, también tiene su pedacito de historia:
Vigilando la costa sur desde un pequeño promontorio rocoso, se alza la Torre del Tostón. Esta robusta torre circular de piedra fue construida alrededor de 1700 por orden del ingeniero Claudio de L’Isle para defender el antiguo Puerto del Tostón (el nombre histórico de la zona) de los continuos ataques de piratas berberiscos, ingleses y franceses. Es una de las varias torres defensivas que se construyeron en Fuerteventura y es Bien de Interés Cultural desde 1949. Aunque normalmente no se puede visitar por dentro (salvo exposiciones puntuales), merece la pena acercarse para verla por fuera, imaginar su pasado defensivo y disfrutar de las excelentes vistas de la costa sur (Piedra Playa) y del pueblo.
En el extremo norte, más allá de las lagunas, se encuentra el Faro del Tostón, con sus características franjas rojas y blancas. La torre actual, más alta, se añadió a una estructura anterior del siglo XIX. Alberga el Museo de la Pesca Tradicional, donde puedes aprender sobre las artes de pesca usadas históricamente en Fuerteventura (consulta horarios, ya que no siempre está abierto). Pero incluso si el museo está cerrado, la visita merece la pena por el paisaje volcánico agreste que lo rodea, las vistas de la costa norte y la interesante zona paleontológica cercana, donde se pueden encontrar fósiles marinos incrustados en la roca (¡solo mirar, no tocar ni llevarse nada!).
Cerca de la Torre del Tostón, fíjate en las ruinas de antiguos hornos de cal. La producción y exportación de cal fue una industria importante en Fuerteventura en el pasado. También junto a la torre, encontrarás el esqueleto de un zifio o ballenato de Cuvier, parte de la “Senda de los Cetáceos”, una iniciativa para concienciar sobre estos mamíferos marinos varados en las costas.
¡Comer en El Cotillo es un placer, especialmente si te gusta el pescado! La tradición marinera se nota en la cocina.
Consejo Gourmet Atrévete a probar la “vieja”, un pescado local muy apreciado, cocinado de forma sencilla (a la espalda o sancochado). Y si ves “lapas con mojo verde” en la carta, ¡no lo dudes!
Si lo tuyo es la adrenalina sobre las olas, El Cotillo es tu sitio. La Playa del Castillo (Piedra Playa) es uno de los spots más famosos de Fuerteventura para el surf, especialmente en otoño e invierno, cuando entran olas más potentes. En verano, las condiciones suelen ser más suaves, ideales para principiantes.
Pero no solo de surf vive El Cotillo. Las condiciones de viento también lo hacen un lugar excelente para el kitesurf y el windsurf, sobre todo en las playas del sur. Hay varias escuelas en el pueblo donde puedes alquilar material o contratar clases para iniciarte o perfeccionar tu técnica.
Ver la puesta de sol en El Cotillo es una experiencia casi obligatoria. El sol hundiéndose en el Atlántico tiñe el cielo de naranjas, rosas y violetas, creando un espectáculo mágico. ¿Los mejores lugares para disfrutarlo?
Si tienes coche y ganas de explorar un poco más:
¡Sí, es fantástico! Las playas del norte (La Concha, Los Lagos) son como enormes piscinas naturales, muy seguras y divertidas para ellos. El ambiente del pueblo es tranquilo y hay apartamentos cómodos para alojarse.
Depende de lo que busques. Para familias y relax, Playa de La Concha es la estrella. Para surf y paisajes salvajes, Playa del Castillo (Piedra Playa). Para explorar charcos en marea baja, Los Charcos cerca del faro.
Si solo quieres estar en el pueblo y las playas más cercanas (La Concha, Marfolín), podrías apañarte llegando en guagua y moviéndote a pie. Pero si quieres explorar las playas del sur, el faro, los alrededores o moverte por la isla, alquilar un coche es muy recomendable.
El Cotillo es más bien tranquilo por la noche. Hay bares agradables para tomar algo y disfrutar del atardecer o de una copa después de cenar, pero no esperes grandes discotecas ni el ambiente nocturno de Corralejo o Morro Jable. Es más un lugar para relajarse.
Como toda Fuerteventura, puede ser ventoso, especialmente en verano (vientos alisios). Esto es genial para el windsurf y kitesurf. Las playas del norte suelen estar más resguardadas del viento que las del sur. ¡Lleva siempre un cortavientos por si acaso!
El Cotillo es mucho más que un destino de playa; es un refugio de autenticidad, belleza natural y tranquilidad en la costa oeste de Fuerteventura. Un lugar para desconectar, disfrutar del mar en todas sus facetas, saborear la gastronomía local y maravillarse con puestas de sol inolvidables. ¡Esperamos que esta guía te anime a descubrirlo y a enamorarte de él tanto como nosotros!
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